domingo, 22 de mayo de 2016

ÚLTIMOS DÍAS Y MUERTE DE COLÓN

A los pocos días de llegar de su último viaje, llegando a  Sevilla, tras todo lo vivido por el descubridor, tocaba repensar su vida y su futuro más inmediato. Era cuestión de supervivencia. Al poco de pisar la tierra firme de España, moría Doña Isabel. Su gran valedora. ¿Podría volver a navegar?.Era su pregunta. Y es que en su foro interno sabía que sería difícil conseguir construir su anhelada expedición. Sus expediciones, a pesar de su fama, necesitaban de financiación, que hasta ahora habían soportado la corona. E Isabel ya no estaba en este mundo. A pesar de los servicios prestados, ni una teja. ni una lumbre, como decía.  El hombre que descubrió América para la posteridad; llegaba a España, enfermo, cargado de deudas y desprestigiado. “Entre la taberna y el mesón, decía Colón. Y las más veces falta dinero para pagar”. En el caso de Peral, era el hotelito modesto y olvidado de Serrano. La misma historia. A ambos simplemente les separaba el paso del tiempo. Casi cinco siglos para ser más exacto. Pero se les pagaba con la misma moneda. Ambos fueron dos hombres preclaros para su tiempo.
El 20 de Mayo de 1506 moría finalmente Colón en Valladolid, ciudad a la que había acudido con la esperanza de mantener una entrevista personal con el rey Don Fernando para solucionar su situación. Su muerte pasó completamente inadvertida a sus contemporáneos y nada dicen los documentos coetáneos acerca de la casa en la que falleció.Una leyenda, dispone el lugar en el que su cuerpo y su mente dejó de imaginar maravillas, en una anónima casa de la calle Ancha de la Magdalena. En 1866, se dispuso en el dintel de la casa una simple inscripción, sobria. “Aquí murió Colón”. Gloria al genio.Y tuvieron que encargarse de su cuerpo la familia. Nada de funeral de Estado, ni de gloria al genio. La familia eligió un funeral en la intimidad, como se diría hoy. Eligieron como lugar de sepultura del almirante la iglesia vieja de siempre, la de San Francisco de Valladolid. Se celebraron los servicios religiosos y los funerales en la iglesia de Santa María de la antigua. Allí estuvo depositado el “almirante viejo”, al que ya llamaban apenas abrir la puerta de los campos Elíseos. Hasta que comenzaría su periplo de ida y de vuelta. Como siempre parece que hizo en la vida, estar de ida y de vuelta. De ahí, que nunca tuviera ni una sencilla teja.Un lugar en el que “caer muerto”, como se solía decir en esa España quevediana… Y pasaron los años, y así el 11 de Abril de 1509 se tocaban las puertas del monasterio Cartujo. Lo hacía Don Juan Antonio Colombo, el sobrino de Don Cristobal, dejando bien claro que el contenido de aquella caja “era el cuerpo del señor almirante Don Cristobal Colón”. Ni conocemos cómo fue efectuada la exhumación del cadáver del convento de Valladolid. Tampoco el protocolo de la Cartuja de las Cuevas, que era un lugar religioso, que a su vez hacía de caja de depósitos. 
Desde Sevilla , el 4 de Enero de 1505...Entre otras cuestoines, la defensa de sus privilegios, su preocupación por cobrar los gastos de su último viaje al nuevo mundo...
Desde Sevilla , el 4 de Enero de 1505…Entre otras cuestiones, la defensa de sus privilegios, su preocupación por cobrar los gastos de su último viaje al nuevo mundo…
 
De Sevilla a Santo Domingo
Colón nunca dijo donde querían que reposaran sus restos…no pensó en algo que los mortales nunca piensan. Tuvieron que pasar unos veinte años, para que su hijo muriera. Con el tiempo, Doña María de Toledo, y sin que sepamos porque de nuevo, trasladaría ambos cadáveres a Santo Domingo. Corría el año de 1544 y tampoco tenemos un documento, ni ninguna anotación notarial que nos relatase aquel embarque, de aquella mujer en el momento de embarcar con los cuerpos de su querido marido y padre.
Seguimos navegando. De Santo Domingo a la Habana
Y así, bajo el cielo y el sol de Santo Domingo, los restos de Don Cristobal y de su hijo Diego, junto a los de otros miembros de la familia, que se fueron sepultando sucesivamente, permaneciendo en la catedral hasta el 21 de Noviembre de 1795, fecha en la que la decadencia del Imperio Español tocaba fondo. Por el Tratado de Basilea, España perdía la soberanía de la costa oriental de Santo Domingo. Por eso tocaba retirada de nuevo de sus huesos. De nuevo otro periplo. Parecía ser el sino de Colón. Seguir navegando.
Finalmente de la Habana a Sevilla
En la catedral reposó el cuerpo del almirante hasta 1898. Año de la crisis mas conocida de la España de Ultramar. Tras la pérdida de Cuba, el gobierno Español decidió repratriar los restos de su explorador, finalmente a la sede hispalense. Y hasta aquí. Cinco siglos de periplo.
Tumba de Colón en la actualidad en la catedral de Sevilla.
Tumba de Colón en la actualidad en la catedral de Sevilla.